Él, intento
y futuro proyecto freudiando detrás de esa expresión tan freudiana, lo imagino, sobre el sillón mirando al paciente con ese
sentimiento hipócrita de miren soy bueno, escucho una tragedia olvidando la mía,
me inmolo en pos de la humanidad, y todo termina por ser pega y nada mas.
Verlos entrar
llorar y salir como en una fábrica, en un mecanismo autómata interminable, de gente entrando, llorando, moqueando y saliendo.
El ya
practicaba la antigua técnica de en un momento, que nos llega a todos de estar
vulnerables, decir la palabra exacta el pensamiento correcto y de la misma
manera que una víbora lista y presta ,ataca.
y la llaga abierta, se derrumba nuestro edificio de las verdades, somos vulnerable, duda existe del sentido.
Una palabra,
un pensamiento y con ello como en una fila de dominós que termina por accionar
el botón de una bomba.
la palabra simple rompía los cimientos
de aquellos otros que ya se sentían desgraciados ya se compadecían de si mismos de su miseria...
Y el complacido años después a otra le entregaba el pañuelo y entre el sorberse de los mocos el paciente el le dirá solo 8 sesiones y no mas… por mientras.
Seguirá hasta
no aburrirse viendo el abismo existencial pero en otro, el sin sentido, sin
experimentar él, ese mismo sin sentido y el sentido frente al sin sentido, y frente al abismo, el no es más
que un espectador entretenido y aplaudiendo a la función.
Como también
mira lascivamente, alguna de las pacientes les prestara su hombro y le ayudara
a llorar, tal vez oh engendro freudiano, algún día te encuentres con el vacio
del universo con la propia miseria humana, pero
tranquilo habrá otro que en nueve sesiones y cada una en cómodas cuotas desarme y arme
tus cimientos existenciales , comiendo cabritas y aplaudiendo el eterno show.