El frio metal bajo la la negra lluvia, el dedo en el percutor y su pecho en mi mira, debía dolerle por eso no apuntaba a la cabeza, luego recuerdo.
Falla el primer tiro, no entendí que me pidieran eso, sobre todo por que ellos no irían a ver el cuerpo no tenían cojones para eso.
Llueve y caerá su sangre, tratare de que no tenga que arrastrarse, un disparo en falso, muy raro que me lo pidieran como asumiendo que nunca fallo un tiro.
Como aquel tiempo en que ben tiraba un sombrero, luego un plato, y termino por enseñarle a asestarle a una moneda, lo que no era fácil pero terminabas sintiendo el cañon como parte de tus dedos, en ese momento ya eras distinto a como eras antes todo se sumaba el viento, el frio, la distancia, todo en una sinfonía hasta el blanco, oh ben que vergüenza sentirías de mi, a veces extraño mi cálido frio país.
Si fue algo asi como falla una vez, recuerdo mientras se me moja el traje, y espero que a que oficial pase por alguna de esas dos ventanas,por las que se pasea, puede que lo intuya, poco importa pues no fallo nunca, bueno excepto esta vez, como si quisiera tirar a mi orgullo, no sabrían si le doy dos tiros…
Con el silenciador, apunto, solo suena el toc toc toc de la lluvia, el sueña que hay tiradores, se pocas cosas de el, casi lo conozco podría decir una nota de papel en mi bolsillo, espero que no termine por mojarce, ahora si no ha escapado, justo en el momento muevo el rifle, esta ya lo hice falle el primer tiro.
Y percuto otra vez, le di en pleno pecho se arrodilla, cae, y muere, la mira me indica que no se mueve ahora alguien ira por el cuerpo.
Un patrón que se cree anónimo, no dejo nada al azar, un sicario que es anónimo, jodido numero, jodido circulo, el jefe y el maton, el es solo 20 millones o menos en una cuenta.
Por alguna razón tomo el teléfono pero no marco luego suelto, poco me importa que el teléfono este intervenido, lo dejo caer y me largo, puede que quizá un superior lo quiera matar, e matado a muchos hombres, nunca fallo.
Dejo caer el teléfono y 20 minutos después suenan las patrullas, yo ya lejos y el muerto, lo digo por que como les dije no fallo.
Aquel oficial es ahora una moneda en el aire tirada por ben, llego a pensar que ese disparo quizás se lo merecía el no anónimo jefe, aquel detrás de los 10 millones o menos, del teléfono y yo ahora solo soy el cigarro de cada tres meses.
