¡Que se quemen mierda! tal cual hoguera, sacrificio y muerte de cada
hoja, de cada una de ellas como en un sangriento ritual azteca, su corazón sangrante,
presto a reventarse y ofrecido al sol.
Es una blasfemia!! Pensé , es un castigo a
la reminiscencia del alma pensé.
A su ímpetu de eternidad.
De momento, me detengo, siento que alguien
me sigue.
Puedes leerlos, robarlos pero ¡no quemar los!,
pero ¡no la hoguera! eso era darle muerte a uno de tantos.
a un
pequeño dios inocente culpable, que en ese momento a moría a gritos.
El él blasfemo tal vez maldito, decía hermoso
a aquello, aquel posible desgraciado maldito dijo a susurros ¡mirad! Es la reminiscencia
de las hojas que vuelan hacia el universo, ¡mirad! es la esencia al cosmos mismo dijo que
gritaba el libro desmembrado por las llamas.